Gente Maja

martes, 23 de febrero de 2010

En el Estanque dorado.


Se me presentaba una duda a la hora de escribir o no sobre esta pelicula, pues no se trata de un filme que pertenezca a lo que denominaríamos cine clásico, que es de lo que se habla en este blog.

Sin embargo, hay peliculas que merecen una excepción y ésta, desde luego, la merece. Pues aunque no pertenezca a la era dorada de Hollywood si tiene a una actriz y a un actor (las damas primero y si se trata de Kate, más) que no es que tengan un papel destacado en el cine clásico, es que el cine no hubiera sido lo mismo sin ellos: Katharine Hepburn y Henry Fonda, en la última pelicula en la que actuó Fonda.



Me vais a perdonar si me pongo especialmente sensible pero quién vea esta pelicula y no le toque un poco la fibra sensible es que tiene el corazón de piedra. Y si además, teneis el enorme respeto que tengo yo por Hepburn y Fonda me entedereis.


En el Estanque dorado (On Golden Pond) es una pelicula de Mark Rydell de 1981. Sus personajes, Ethel y Norman Thayer son un anciano matrimonio que pasan sus vacaciones en un lugar casi paradisíaco llamado El Estanque dorado.

Norman, un anciano de carácter fuerte y mal genio empieza a darse cuenta de que el final de sus días está más cerca que lejos, de sus limitaciones físicas y psíquicas, como la falta de memoria y orientación. Además, las relaciones con su hija Chelsea (Jane Fonda) son malas, frias y distantes y tendrá que enfrentarse a sus miedos el dia de su cumpleaños cuando su hija le visite acompañada de su nuevo novio, Bill (Dabney Coleman) y el hijo adolescente de este, Billy (Doug McKeon)

Ethel, por su parte, es una anciana vital, alegre, comprensiva, de carácter animoso y simpática que al contrario que su marido, no parece que le atormente la vejez y todo lo que ésta conlleva. Quiere a su marido por encima de todo. Le llama "viejo bobo" pero no sería capaz de vivir sin él.

- "Sabes, Norman, eres el hombre más encantador de la tierra. Pero yo soy la única que lo sabe"


En el Estanque dorado tiene una magia especial. Vemos a un matrimonio de ancianos que llevan toda la vida juntos y que todo lo que tienen son el uno al otro para vencer sus miedos, el miedo a envejecer, a la decandecia física y psíquica, a las cuentas pendientes que tiene Norman con la hija de ambos.

Todo ello unido a una fotografía preciosista de Billy Williams del lago, los colimbos, el campo de fresas o la acogedora cabaña. Así como la música de piano principalmente de Dave Grusin que envuelve todo este ambiente de nostalgia.


Aunque a mi lo que me parece más brillante son las interpretaciones y el guión adaptado de Ernest Thompson de su propia obra. (Que por cierto, tanto el actor y actriz principal como el guión ganaron el Oscar)

El guión es brillante. Los diálogos están llenos de filosofía, diálogos inteligentes con bromas inteligentes que recuerdan un poco a los diálogos de las peliculas de Kate y Spencer. Estoy segura que de haber vivido Spencer Tracy, el papel de Norman hubiese sido para él, pero desde luego, la pareja que forman Kate y Henry en esta pelicula no es menos. No sé a vosotros, si la habeis visto, pero a mi me parece cada vez que la veo que llevan toda la vida juntos.

Nunca puedo evitar reirme cuando el hijo del novio de Chelsea, la hija de ambos llama a Ethel "cacatúa" y Norman le dice a ella "vamos señora cacatúa" o cuándo Norman le explica al novio de Chelsea lo que le costó que Ethel se casara con él porque pasaría a llamarse Ethel Thayer.

En realidad, la conversación entre Norman y Bill, no tiene desperdicio ni un sólo minuto. Lo que dice mucho en favor de Dabney Coleman (Bill) que aguantó el careo con Henry Fonda muy dignamente.

Las frases más mordaces e irónicas así como el personaje más complejo corren a cargo de Fonda que se despide del cine en su última pelicula por la puerta grande, como los grandes, los muy grandes.



No fue la última pelicula de Kate Hepburn, pero sí fue su último Oscar (el cuarto como actriz principal, aún no superado por ninguna actriz).

Ni sus 74 años ni su insistente temblor en la cabeza (a pesar de que todo el mundo le atribuyera parkinson ella lo negó siempre) le hicieron bajar su calidad interpretativa. En esta pelicula nos demuestra una vez más porque fue la única actriz que no sufrió, como tantas compañeras, la ausencia de trabajo durante la madurez, ni siquiera la vejez, ya que fue una (por no decir la única) actriz que tuvo una carrera más prolífera en la madurez que en la juventud.

En la primera escena ya la vemos cargada de leña, andando como si tuviese cincuenta años menos de los que en realidad tenía, sin perder nunca la energía y la sonrisa.

Me vais a perdonar, pero ya os avisé de que me pondría sensible y si antes he dicho que Henry Fonda era muy grande, Kate era la más grande de todas.




Jane Fonda y Dabney Coleman representan la generación que hay entre Norman, Ethel y el hijo de Bill, Billy.

Jane Fonda, para la que según parece, interpretar este papel de resentimiento y mala relación con su padre fue como la vida misma, lo hace mejor de lo que esperaba, sinceramente... y por suerte.


Billy, que representa a la tercera generación,
tendrá que pasar un mes con la pareja de ancianos y aunque al principio no le hace ninguna gracia pasarse un mes del verano con aquellas dos momias, como él mismo dice, como se espera y, en ese sentido es un poco previsible, Billy terminará aprendiendo a valorar a las personas mayores y Norman terminará por querer firmar la paz con su hija gracias al chico, que le hace ver el tiempo que a perdido con su propia hija.




En resumen, una historia de humanidad, envejecimiento, miedos, relaciones intergeneracionales. Una historia como la vida misma.



Os dejo un video de una escena y el testimonio de que por fin he aprendido a colgar videos...






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lunes, 15 de febrero de 2010

Vertigo


"El
vértigo es una sensación de falta de estabilidad o de situación en el espacio. El paciente siente que las cosas dan vueltas a su alrededor o que es él quien gira alrededor de las cosas. Generalmente es de carácter rotatorio y se puede acompañar de manifestaciones vegetativas."

El vértigo, algo muy común en muchas personas, en diferentes grados, es el responsable del comienzo de esta brillante pelicula de Hitchcock de 1958.

Lo que comienza con una escena policiaca en la que vemos una persecución por los tejados de la ciudad de San Francisco, donde el detective Scottie Fergusson (James Stewart) resbala en una cornisa y, su compañero, al intentar salvarle, cae al vacío, se convertirá en un thriller psicológico, una historia fantasmagórica, un amor romántico en el sentido que la palabra romántico tenía en el siglo XIX, la historia de una obsesión, de unos miedos, de un crimen. Quién sino Hitchcock podría haber fil/firmado esta pelicula.

Es la segunda vez que la veo y cada vez me gusta más. No entraré en el debate de si era o no la mejor pelicula del director británico, porque personalmente no soy capaz de decidirme entre ésta, Psicosis, La ventana indiscreta, Con la muerte en los talones, Rebecca, Recuerda, o Los Pájaros, las que he visto y las que me faltan por ver, pero desde luego Vertigo está valorada como una de las mejores peliculas de todos los tiempos.

El vértigo del protagonista y los remordimientos de la caída al vacío de su compañero hacen que Scottie se retire del cuerpo. Será entonces cuando un amigo de la infancia requiera sus servicios como detective para vigilar a su esposa que creé poseida, a juzgar por sus extraños actos, por una misteriosa dama del siglo XIX que se suicidó debido a una depresión. A partir de aquí, Vertigo capta toda nuestra atención y nos vapulea de vez en cuando con giros inesperados. Nada es lo que parece en esta pelicula, nada ni nadie.

La habilidad de Hitchcock para crear misterio y suspense es digna de un genio. Y si a un genio le sumamos otro genio, un actor como James Stewart, esto ya son palabras mayores.



James Stewart encarna el papel de Scottie, el detective atormentado por sus obsesiones, de cuya vida privada no sabemos nada. Sólo conocemos su miedo a las alturas y a una amiga tras la cual se esconde una historia de amor fracasada (algunos dicen que Scottie era impotente y que esa impotencia se refleja en el bastón que siempre suele llevar o en las alusiones a la torre de la misión)

Sea como fuere, el personaje de Scottie va sacando a relucir sus miedo interiores y obsesiones a lo largo de todo el metraje, hasta que al final no reconocemos muy bien al Scottie del principio de la pelicula. Stewart se desliza del detective amigable al hombre enfermizo y obsesionado, demostrando una vez porque era y siempre será uno de los mejores con esa aparente facilidad.

Al otro lado del ring en cuanto a interpretaciones se refiere tenemos a Kim Novak. La esencia de mujer casi podriamos decir "hitchcockniana". Una mujer fría, seductora, sobria, distante. El personaje de Kim también evoluciona a lo largo de la pelicula (pero sobre esta evolución mejor no cuento nada) y según dicen, es el mejor papel que la actriz realizó. Correcta en su difícil papel, incluso le exigían un ritmo al hablar, aunque al empezar la pelicula no me convenció demasiado, después no te imaginas a nadie más en el papel de Madeleine. Entre ella y Stewart realizan un trabajo que muchos actores y actrices deberían visionar más de una vez para aprender algo.


El technicolor también ayudó mucho a esta pelicula. Su fotografía de Robert Burkes en la que destacan el rojo y el verde (como la escena en la que Scottie ve a Madeleine por primera vez en el restaurante) y sobre todo las imágenes que se suceden en la pesadilla de Scottie son una maravilla.

Aparte del color, la fotografía de las peliculas de Hitchcock siempre son impactantes, siempre te deja con un nudo en el estómago cuando quiere y en el momento que quiere con planos sutiles que revelan algo, que esconden algo, y que a mi, personalmente, y dicho vulgarmente me pone los pelos de punta, como la escena en la que aparece el cuadro de Carlotta y a continuación el plano del peinado de Madeleine.

Los planos en los que Hitchcock nos hace ver lo que ve el protagonista cuando siente vértigo se realizaron aumentando el zoom y alejando la cámara. Posiblemente no hubiera sido necesario que tuviesemos que ver la sensación que tenía Scottie cuando estaba en las alturas para que nos gustase la pelicula, pero ahí está, con los medios y el ingenio de un director en el año 58.



Esto es sólo un ejemplo de una pelicula muy cuidada, mimada hasta el extremo en la que según dicen, es la pelicula más personal de Hitchcock. Algunos dicen que la obsesión de Scottie por Madeleine es un reflejo de la obsesión de Hitchcock por Grace Kelly.

Y además si al ya magistral arte de Hitchcock le sumamos una música como la que compuso para esta pelicula Bernard Herrmann, que también le puso música a Psicosis, ya no se puede rizar más el rizo. Bueno si, un final impactante, en el que los miedos, obsesiones y remordimientos aparecerán de golpe de una forma absolutamente inesperada.

Siempre se puede hablar más de Vertigo pero no diré nada más porque me da la sensación de que cada detalle que desvele puede estropear la pelicula y quien la haya visto me entenderá. Así que lo mejor será que la disfruteis por vosotros mismos. No os defraudará.

Saludos.

miércoles, 10 de febrero de 2010

El Expreso de Shanghai


Debo reconocer que tengo pendientes unas cuantas peliculas sobre las que hablar en este blog. Unas veces por pereza y otras por no saber por donde empezar, tengo la casa por barrer.
Una de esas peliculas sobre las que no sé muy bien que decir es El Expreso de Shanghai, de 1932. Puede que sea más bien por querer hacer una buena "crítica" y no encontrarla que por falta de cosas que decir. Me explico; cuando vi esta pelicula me quedé un poco fría. Prometía mucho y me decepcionó. Pero que narices, no tengo porque encumbrar una pelicula que no me parezca que se lo merece.

He leido otras criticas en páginas de cine por saber si era yo la única a la que no le gustó y parece ser que sí. Aunque, he de decir, que no he encontrado en todas esas críticas a nadie que exalte algo más que no sea la fotografía, ganadora de un Oscar por otra parte.

Pues bien, dicho esto, vuelvo a repetir que lo que escribo aquí es sólo mi opinión.

¿Recomendaría a alguien El Expreso de Shanghai? No. Es cierto que la fotografía, ayudada por una iluminación excelente, es casi perfecta. El director, Josef von Sternberg, y y su fotógrafo Lee Gramesel pusieron todo su talento a los pies de su actriz principal, Marlene Dietrich en el papel de Shanghai Lily (el nombre es muy original, hay que reconocerlo). Pero alguien tuvo que decirle a Sternberg que quien estaba enamorado de Marlene era él, no nosotros. Con esto quiero decir que planos y planos interminables de una actriz con una expresión cuasi catatónica, aburre, aunque sea Miss Mundo.

Según esta crítica: "Espléndido filme, rodado íntegramente en estudios, que ha pasado a la historia del cine, entre otras cosas, por ser el mejor trabajo de su sensual actriz principal" de Fernando Morales para el diario El País, El Expreso de Shangai es el mejor trabajo de Marlene. Menos mal que he visto más peliculas de esta actriz.
Claro que si lo que la historia que nos cuenta la pelicula necesitaba era que la actriz fuera sensual y misteriosa y nada más, puede resultar una interpretación maravillosa.
Quiero que quede claro que no estoy diciendo que Marlene Dietrich fuese una mala actriz. Es cierto que me parece una actriz de registro limitado, pero no mala actriz. Porque si así fuese, entre otras cosas, no me estaría leyendo ahora mismo una biografía sobre ella. Pero en esta pelicula me pone un poco nerviosa, lo siento.

En cuanto al resto del reparto, El Expreso de Shanghai, nos muestra todo un abanico de personalidades internacionales un poco estereotipadas: el típico inglés, francés, alemán, chino... un poco de cada para crear un ambiente donde cabrá un poco de todo también en cuestión de sentimientos: envidia, deseo y, sobre todo, muchos prejuicios.
En este tren, que hace el trayecto desde Pekín a China, viaja Shanghai Lily, una mujer de "moral distraída", (me hace mucha gracía este adjetivo, perdónadme pero tenía que ponerlo) que se reencontrará con un viejo amor, por el que será capaz de... y hasta ahí puedo contar.

En general, la pelicula se centra demasiado en la estética y descuida demasiado el relato.
Unos diálogos vivaces, de vez en cuando, son capaces de captar nuestra atención:

- Me he cambiado el nombre.
-¿Te has casado?
- No, pero necesité más de un hombre para cambiar mi nombre por Shanghai Lily.



Si os gusta y quereis apreciar los encantos físicos de Marlene, es vuestra película, si quereis que la historia capte vuestra atención es hora de ponerse Testigo de Cargo, por ejemplo.

"Ofidersen"