Gente Maja

sábado, 23 de abril de 2011

Ariane (Love In The Afternoon) 1957


Ariane es una de esas peliculas que la mayoría de la gente ha catalogado como un "Wilder menor". Sin embargo, Wilder estaba muy orgulloso de ésta pelicula y, sobre todo, del grupo de músicos zíngaros que él mismo encontró en una taberna y contrató para la misma.


La historia se sitúa en París y la pelicula comienza con una voz en off, recurso que a Wilder le gustaba mucho pues explicaba que una voz en off era el recurso perfecto para ahorrar tiempo en explicaciones. Evidentemente no es lo mismo explicar una historia teniendo que utilizar varias escenas que el que una voz en off te haga un resumen en un par de minutos (recurso que fue especialmente útil en el comienzo de El Crepúsculo de los Dioses). Esta voz en off pertenece al detective parisino Claude Chavasse (Maurice Chevalier) y nos explica, mientras vemos como las parejas parisinas se besan en cualquier sitio, como se gana la vida investigando los asuntos de adulterio de las esposas parisinas. Prácticamente la totalidad de estos adulterios los comenten con el playboy trasnochado Frank Flannagan (Gary Cooper). Tanto es así que hay una escena en la que Flannagan llama a la puerta de Chavasse y cuando éste se sorprende de ver a Flannagan, Flannagan le pregunta "¿me conoce?" y Chavasse contesta "¿conocen a Shakespeare los estudiantes de literatura"?.

Chavasse vive con su hija, Ariane (Audrey Hepburn) una inocente estudiante de cello a la que le gusta urgar en los archivos de su padre.
Cuando ve la foto de Flannagan se siente fascinada por el maduro galán.


Al prematuro envejecimiento de Gary Cooper, que aparentaba más años de los que realmente tenía (55) no ayuda el hecho de que Audrey Hepburn aparentase mucho menos de los que tenía (27 realmente, 19 en la película). Este aspecto de la pelicula sigue siendo objeto de asombro y muchos achacan a este hecho el que la película, en su opinión, no les sea creíble. En mi opinión, todo depende del contexto.

En la pelicula Una Cara con Ángel se me hace imposible creer que haya un romance entre una también jovencísima Audrey Hepburn (la película es del mismo año) y un Fred Astaire de 57. Pero aquí la relación era totalmente diferente. Mientras que en Una Cara con Ángel no se atisba el más mínimo atismo de deseo sexual o erotismo (tal cual como en una pelicula de la factoría Disney), en Ariane, hay una cierta tensión sexual.





En su momento, la crítica se cebó con que un Cooper de 55 años intentara seducir a una Audrey Hepburn de 27. Pero yo creo que si no es por eso, no hay historia, porque la historia trata de una joven inexperimentada que se enamora de un hombre maduro y de vuelta de todo. Si cambiamos la edad de los personajes no hay historia, y tampoco creo que sea algo tan imposible ni extraordinario.


El papel de Frank Flannagan fue ofrecido primero a Cary Grant, que lo rechazó, al igual que rechazaría tres veces hacer una película con Billy Wilder, y no porque no quisiera trabajar con Wilder, ya que de hecho, eran amigos, sino porque le daba miedo que un personaje que se saliese un poco de lo que solía hacer arruinara su carrera.

Wilder definió a Cary Grant como "oro puro" y arremetía contra la Academia (en la que no creía en absoluto) por no haberle premiado jamás una interpretación. Explicaba, cosa en la que estoy totalmente de acuerdo, que la Academia sólo premia a los actores cuando interpretan personajes desquiciados, atormentados o disfrazados (apéndices postizos) pero que cuando un tipo hace que parezca fácil, como Cary Grant, no se le premia. Ponía el ejemplo de Jack Lemmon, premiado por Días de Vino y Rosas pero no por El Apartamento.


El segundo ofrecimiento del papel de Flannagan fue para Gary Cooper. Billy Wilder le ofreció el papel de seductor porque le conocía personalmente y afirmaba que jamás había conocido a nadie que sedujera a las mujeres con tanta facilidad. Pero lo cierto es que Cooper ya sólo era la sombra de lo que fue y para que en la pantalla no apareciese tan avenjentado, Wilder utilizó la sombra en casi todos sus planos.


Su interpretación parece cansada y forzada. Incluso se nota en ésta foto con Wilder, Hepburn y Chevalier.


Maurice Chevalier está fantástico. Es el aspecto alegre de la película, el que siempre saca la sonrisa al espectador de la manera más natural, sin exageraciones ni sobreactuaciones. Es en él donde se ve más claramente el humor mordaz de Wilder. De lo mejor de la pelicula.




Foto del set de rodaje:


Audrey Hepburn era una de las actrices favoritas de Wilder, para la que el director tuvo entre otras, las siguientes palabras:

"Audrey Hepburn era una cosa caída del cielo." o a la pregunta de si era buena bailarina respondió "Era buena en todo y todo le resultaba fácil".

Cuando Cameron Crow le preguntó para su libro Conversaciones con Billy Wilder sobre el baile de Sabrina dijo:

"Se me olvidó que le estaba enseñando a hacerlo porque ella lo hacía muy bien por su cuenta. Me guiaba ella a mí, en vez de guiarla yo a ella. Y pensé que estaba en el baile, que estaba en un restaurante bailando con ella... Me despisté por completo, y de pronto pensé: "¡Dios mío, la cámara! ¿Dónde está la cámara?"

Cuando Cameron le preguntó por la muerte de Audrey, aparecieron lágrimas en los ojos de Billy Wilder.

Y... éstas cosas, hacen que mi amor platónico por Audrey crezca y crezca...ays...



Exquisita como siempre, gran actriz, siempre lo diré, Audrey interpreta a la chica que, aunque tímida, le da mil vueltas al playboy de Flannagan. Le engaña de tal manera que le hace enloquecer. Aunque está claro que si juegas con fuego tienes la posibilidad de quemarte.

La escena en la que Flannagan se emborracha escuchando una y otra vez la lista de amantes que ella le ha dejado grabada mientras los zíngaros tocan una y otra vez, es fantástica. Al final, los zíngaros también terminan borrachos y tirados por el suelo.

Para los que no habeis visto la película, Cooper, borracho les lanza champán y bebidas alcohílicas en una mesilla con ruedas al grupo de zíngaros. Wilder dijo que hizo la escena atando las copas a la mesa y que tenía a seis personas con pajitas bebiéndose el champán. Sería curioso de ver.

El grupo de músicos zíngaros no eran actores, eran músicos que Wilder encontró en un bar.

La música está muy presente en ésta película. Desde la música que toca el cuarteto de zíngaros que está compuesta por Franz Waxman empezando por "La ardiente Paprika" o la pegadiza "Fascination" hasta música de Wagner o Liszt.



Billy Wilder tenía en su despacho una placa en la que aparecía la inscripción "¿Cómo lo haría Lubitsch?" Para Wilder, el toque Lubitsch consistía en que el espectador captara el chiste sin tener que explicarlo. Wilder lo explicaba diciendo que antes de Lubitsch los directores de comedia para explicar el chiste decían 2+2=4 y que Lubitsch sólo decía 2+2. Y de ese toque Lubitsch está plagado Ariane. Me encanta la escena en la que Ariane le dice a su padre que Flannagan se parece a Abraham Lincoln y éste mientras guarda los archivos en una caja fuerte le pregunta si sabe como acabó Lincoln y cierra la puerta de la caja fuerte con un portazo que suena como un disparo y la cara de susto/sorpresa/extrañeza de Audrey.

Me recordó a la escena de Ninotchka (dirigida por Lubitsch pero con guión de Brackett, Wilder y Reisch) en la que Greta Garbo tiene los ojos vendados y cuando Melvyn Douglas descorcha la botella de champán ella cae al suelo como muerta. Escena que se me ha quedado grabada.

Este guión fue la primera colaboración de Wilder con I.A.L Diamond, uno de sus dos factotums, junto con Brackett.


Y aunque, a algunos os pueda parecer una comedia romántica más bien tonta, yo la recomiendo para pasar un rato agradable. En los 130 minutos que dura la pelicula no miré la hora en ningún momento, no se me hizo larga. Es una pelicula agradable con geniales toques de humor y un final grandioso. A mi parecer, aunque no es una de las mejores peliculas de Wilder, es uno de los mejores finales que ha hecho, eso sí, para verla en versión original.

Saludos.

viernes, 15 de abril de 2011

Grand Hotel, 1932




Tal día como hoy, un 15 de abril, pero hace 21 años, cerraba los ojos la más rutilante estrella de la Metro Goldwyn Mayer, la divina Greta Garbo. Moría el mito, pero nacía la leyenda. Para conmemorar tan magno acontecimiento, el gobierno sueco ha decidido emitir una serie de billetes que llevarán la imagen de esta bella actriz (y que comenzarán a fabricarse entre 2014 y 2015).


Desde 24 veces por segundo, le rendimos homenaje a la que siempre será la mujer más divina del mundo conocido y por conocer.





Desde sus inicios, la Metro Goldwyn Mayer se autodeclaró como el estudio cinematográfico más importante del mundo. Y Louis B. Mayer, su Dios terrenal.
Y es el estudio del rugido del león quien establece su más alto nivel de star system: fue la productora con el más reducido plantel de actrices y actores con contrato fijo, a gran distancia del resto, y presumía de ello. No sólo de ello, sino de que eran pocos, pero los más exitosos.





Hasta la II Guerra Mundial cualquier evocación del lujo, la elegancia y el glamour se ubicaban en Europa (al menos en Estados Unidos), y una de las novelas llamadas "cosmopolitas" que unían todo eso era la escrita por la vienesa Vicki Baum, y a partir de la cual hicieron la película del presente post.

Primero fue llevada al teatro, y naturalmente, la MGM quiso convertirla en película y compró los derechos para llevar a cabo su adaptación cinematográfica. El encargado de tal misión fue William Drake, apoyado para hacer los diálogos por Frances Marion.
Aunque en realidad, el verdadero artífice de tal compra no fue otro que el mismísimo Irving Thalberg.

Un Irving Thalberg culto y refinado, que se había convertido en la cabeza pensante de Louis B. Mayer, y que le dio a la productora del león esa ensoñación que hizo soñar a los espectadores de medio mundo.
Su propuesta era convertir Grand Hotel en la gran apuesta para el año 1932, y dejó a todos atónitos: por primera vez se lanzaría al mercado una película que estaría protagonizada por estrellas de altísimo nivel, estamos hablando del primer all star film: Greta Garbo, Joan Crawford, los hermanos Barrymore (Lionel y John) y Wallece Beery.




Joan Crawford junto a Wallece Berry.






Dos bellos retratos de una joven y bella Joan Crawford, derrochando glamour a raudales, muy lejos de convertirse en esa mujer de cejas enormes que veremos en décadas posteriores.






La acción se sitará en Berlín y estos son sus personajes:

- La Grusinskaya, diva rusa del ballet clásico, interpretada por Greta Garbo;
- Flaemmchen, una taquígrafa por horas, interpretada por Joan Crawford. Muchos dicen que esta es una película crucial en su carrera cinematográfica y que es ella quien realmente brilla dentro de todo este elenco;
- El barón Von Gaigern (John Barrymore), un arruinado aristócrata convertido en ladrón de guante blanco;
- Preysing, un vulgar hombre de negocios (Wallece Beery);
- Kringelein, un pobre contable, ya mayor, que decide pasar sus últimos días en una hotel de lujo.

El encargado de dirigir a toda esta élite sería Edmund Goulding.





John y Lionel Barrymore.





Curiosidades:

- Es la única película que ha logrado el Oscar a la mejor película sin haber estado nominado en ninguna otra categoría;
- Aquí Greta Garbo pronuncia su famosa frase (y de la que haría su estilo de vida) "I want to be alone" (quiero estar sola);
- Crawford y Garbo no comparten ni un solo plano juntas. Se dice que el horario de la sueca era de 9 de la mañana a 5 de la tarde, el de la americana, de 5 de la tarde a dos de la madrugada. Cosa que parece poco probable, pues ¿cuándo descansaba entonces el director y el resto del equipo técnico?;
- Su argumento se compone de una serie de historias cruzadas entre sí, una fórmula que a partir de ese momento se ha vendido a llamar fórmula Grand Hotel.





Hall del Grand Hotel. Esta imagen muestra el espectacular decorado de la película. Fue el primer (y único) film de la primera etapa de Greta Garbo como intérprete en el cine sonoro en el que el estudio decidió revestirla de un gran elenco de actores y grandes decorados.





Hasta la próxima entrada corazones.

miércoles, 6 de abril de 2011

Pero que hermosas eran y que buenas estaban

Siempre he querido hacer una entrada dedicada a actrices guapas cañones del cine clásico. En este blog siempre hemos pretendido hablar de buenas peliculas, del trabajo de la interpretación de actores y actrices, del trabajo de dirección de los directores, de los guiones y hasta de la iluminación y localizaciones, de los premios y anécdotas de la filmación. Pero, que narices, también tenemos ojos y hormonas.


Al principio enfoqué la entrada como una lista de las actrices que me gustan a mi personalmente. Después me di cuenta que estaba metiendo actrices que no me gustaban pero que posiblemente a muchos/as de vosotros os gustaría que apareciesen. Finalmente decidí que no iba a meter a nadie que no me gustara y he decidido que aparezcan sólo las que a mi me gustan. Esta lista es COMPLETAMENTE SUBJETIVA.

Sin más, aquí va mi lista de chicas guapas. No todas tienen el mismo perfil, algunas me parecen guapas, otras cañones, otras simplemente tienen algo. Pero todas me gustan por alguna razón. No hay ningún orden ni concierto. Empezamos:



Audrey Hepburn: La belleza serena y la elegancia.

El rostro de Audrey Hepburn era casi celestial. Belleza serena, frágil y perfectamente proporcionada. Si la cara es el espejo del alma, como dicen, ya empiezo a entender todo lo que leo sobre su personalidad.
No era un cañón de mujer (demasiado delgada para mi gusto) simplemente era una preciosidad (por dentro y por fuera)
Un milagro de la genética y la alineación de los planetas.







Grace Kelly: Su Belleza Serenísima.


Cuando Grace Kelly pasó a formar parte de la casa real, se convirtió en Su Alteza Serenísima la Princesa Gracia de Mónaco. Buen adjetivo para otro rostro cuasi angelical. Delicada, de aspecto inocente. Belleza sutil. Podría explicar lo de Audrey Hepburn o Grace Kelly de la siguiente forma: no despiertan la líbido, es una belleza de vitrina, para mirar y no tocar por miedo a estropear la esencia.







Gene Tierney: o "me duele la cara de ser tan guapa"


¿Qué más quereis que os diga? Sólo hay que verla. Impresionante por detrás y por delante.







Katharine Hepburn: belleza a destiempo.

Katharine Hepbun fue tan adelantada para su época que hasta se adelantó a los cánones de belleza. Alta, delgada, atlética y de rostro de rasgos duros y angulosos, su belleza no fue muy valorada en la época en la que le tocó vivir, donde los rostros redondos y suaves y los cuerpos femeninos voluptuosos regían los cánones de la belleza femenina.

A tomar por culo los cánones, yo me "atonté" con ella desde la primera pelicula. Porque a mi me encantan las facciones marcadas y los pómulos marcados y nunca entendí ni entiendo que una mujer así no fuese considerada una belleza. Y ese punto ambigüo que le daban los trajes de chaqueta y pantalón que más que punto era un puntazo.







Greta Garbo: la belleza de la ambigüedad y el encanto del misterio.

Greta Garbo ha sido un fenómeno irrepetible para el cine. Su rostro ha sido calificado de perfecto. Tanto que ha sido estudiado. Despertaba fascinación entre hombres y mujeres. La explicación para esto según los expertos es que el rostro de Greta era "asexuado". Era guapa como mujer y casi guapo como hombre.


Ahora es cuando todos nos reímos... Ya les contestaré yo a los que dicen que Greta tenía un rostro asexuado cuando para entrar en este blog ponga "Lo comprendo y deseo continuar".

Pues yo la veo muy mujer oye. Y que mujer. Y que voz y ... que viva Suecia.

No me extraña que tuviera detrás todo un séquito de mujeres y hombres. Si es que, como dice la canción "que feromónas exhala(ba) esta señora".





Tengo que poner esta foto de Greta Garbo:



Oh Capitán(a), mi capitán(a).



Veronika Lake: la belleza del carisma.

La belleza de Veronika Lake es atemporal. Era guapa en su época y su físico es muy parecido al de las modelos actuales. Su belleza era tan frágil como fría. Su imagen nos dice "guapa pero con carácter".







Carole Lombard: con unos ojos más feos también se ve.









Lauren Bacall: la belleza desafiante.

Lauren Bacall más que una auténtica belleza que quitara el hipo, era una mujer atractiva con mucha actitud. Mirada desafiante, pose interesante y a la vez indiferente. Lauren Bacall además de saber que era guapa sabía venderse muy bien. Actitud, baby.







Aviso a navegantes: Esta mirada de "te fulmino en 2 segundos sin despeinarme" no la utilizeis si no teneis el carisma de Lauren Bacall, porque si no sólo conseguireis una cara de asco pelada y mondada.


Faye Dunaway: mujeres fatal.

Vamos cambiando de años y van cambiando los prototipos de mujer en el cine. Faye Dunaway me impactó en "Bonnie and Clyde". Por mi, la película hubiera podido llamarse simplemente "Bonnie".








Brigitte Bardot: los cañones de Navarone.

La figura que el diablo hubiese escogido adoptar para tentar a cualquier ser humano o no humano. Brigitte Bardot es algo inexplicable para la genética humana. No le faltaba ni un perejil a la chica. Un aplauso para los padres de esta mujer.






MONADAS:

Quizás si tuvieran un gesto más adusto o serio no me llamarían la atención, pero éstas dos que aparecen a continuación de verdad que me parecen guapas. Tienen un no sé que y un que sé yo que yo que sé.


Shirley MacLaine: encantadora y simpática belleza.


El rostro de Shirley MacLaine siempre me ha resultado encantador. Esa "chispa" que tiene en la mirada y la sonrisa siempre me ha parecido encantadora. Y ese corte de pelo le quedaba genial.



Paulette Goddard: la belleza de la expresividad

Al igual que Shirley MacLaine, creo que Paulette Goddard tenía una chispa que no se aprende, o se tiene o no se tiene. Unos ojos hiper expresivos e hiper alegres. Un gesto alegre y travieso.





CUERPAZOS INCREÍBLES EN CARAS QUE NO ME CONVENCEN.

Al igual que he mencionado a Audrey Hepburn que es una belleza de cara pero de cuerpo como diriamos, no tiene "ni chicha ni limoná" xD me parece de justicia mencionar a aquellas que a mi parecer, tienen un cuerpazo pero una cara que no me convence.


Marilyn Monroe: la diosa de la sensualidad.

Su caminar no era de este mundo. Marilyn Monroe no andaba, creaba arte. Sus gestos eran sensuales sin pretenderlo.
Tenía un cuerpazo, pero su cara no me convence. Sin maquillaje perdía muchísimo y , además, ese look de muñeca hinchable que solían ponerle no me gusta nada.







Marlene Dietrich: las piernas más bonitas de Hollywood.


Marlene no me parece nada guapa, su cara no me gusta en general. Tiene fotos buenas y plano buenos pero para lograrlos era necesario hacer malabarismos con la luz. Me quedo con sus piernas.






Rita Hayworth: divina exhuberancia.


La cara de Rita Hayworth no me gusta y no sé porque pero no se puede negar la evidencia de cuello para abajo...








Y eso es todo por mi parte. Espero que hayan disfrutado. Para quien no lo haya hecho, diré que también habrá una entrada dedicada a los actores guapos. Ellos también pasarán por la criba. Pero eso ya... no es cosa mía.

Un saludo.

Bruja Truca.