Se me presentaba una duda a la hora de escribir o no sobre esta pelicula, pues no se trata de un filme que pertenezca a lo que denominaríamos cine clásico, que es de lo que se habla en este blog.
Sin embargo, hay peliculas que merecen una excepción y ésta, desde luego, la merece. Pues aunque no pertenezca a la era dorada de Hollywood si tiene a una actriz y a un actor (las damas primero y si se trata de Kate, más) que no es que tengan un papel destacado en el cine clásico, es que el cine no hubiera sido lo mismo sin ellos: Katharine Hepburn y Henry Fonda, en la última pelicula en la que actuó Fonda.
Me vais a perdonar si me pongo especialmente sensible pero quién vea esta pelicula y no le toque un poco la fibra sensible es que tiene el corazón de piedra. Y si además, teneis el enorme respeto que tengo yo por Hepburn y Fonda me entedereis.
En el Estanque dorado (On Golden Pond) es una pelicula de Mark Rydell de 1981. Sus personajes, Ethel y Norman Thayer son un anciano matrimonio que pasan sus vacaciones en un lugar casi paradisíaco llamado El Estanque dorado.
Norman, un anciano de carácter fuerte y mal genio empieza a darse cuenta de que el final de sus días está más cerca que lejos, de sus limitaciones físicas y psíquicas, como la falta de memoria y orientación. Además, las relaciones con su hija Chelsea (Jane Fonda) son malas, frias y distantes y tendrá que enfrentarse a sus miedos el dia de su cumpleaños cuando su hija le visite acompañada de su nuevo novio, Bill (Dabney Coleman) y el hijo adolescente de este, Billy (Doug McKeon)
Ethel, por su parte, es una anciana vital, alegre, comprensiva, de carácter animoso y simpática que al contrario que su marido, no parece que le atormente la vejez y todo lo que ésta conlleva. Quiere a su marido por encima de todo. Le llama "viejo bobo" pero no sería capaz de vivir sin él.
- "Sabes, Norman, eres el hombre más encantador de la tierra. Pero yo soy la única que lo sabe"
En el Estanque dorado tiene una magia especial. Vemos a un matrimonio de ancianos que llevan toda la vida juntos y que todo lo que tienen son el uno al otro para vencer sus miedos, el miedo a envejecer, a la decandecia física y psíquica, a las cuentas pendientes que tiene Norman con la hija de ambos.
Todo ello unido a una fotografía preciosista de Billy Williams del lago, los colimbos, el campo de fresas o la acogedora cabaña. Así como la música de piano principalmente de Dave Grusin que envuelve todo este ambiente de nostalgia.
Aunque a mi lo que me parece más brillante son las interpretaciones y el guión adaptado de Ernest Thompson de su propia obra. (Que por cierto, tanto el actor y actriz principal como el guión ganaron el Oscar)
El guión es brillante. Los diálogos están llenos de filosofía, diálogos inteligentes con bromas inteligentes que recuerdan un poco a los diálogos de las peliculas de Kate y Spencer. Estoy segura que de haber vivido Spencer Tracy, el papel de Norman hubiese sido para él, pero desde luego, la pareja que forman Kate y Henry en esta pelicula no es menos. No sé a vosotros, si la habeis visto, pero a mi me parece cada vez que la veo que llevan toda la vida juntos.
Nunca puedo evitar reirme cuando el hijo del novio de Chelsea, la hija de ambos llama a Ethel "cacatúa" y Norman le dice a ella "vamos señora cacatúa" o cuándo Norman le explica al novio de Chelsea lo que le costó que Ethel se casara con él porque pasaría a llamarse Ethel Thayer.
En realidad, la conversación entre Norman y Bill, no tiene desperdicio ni un sólo minuto. Lo que dice mucho en favor de Dabney Coleman (Bill) que aguantó el careo con Henry Fonda muy dignamente.
Las frases más mordaces e irónicas así como el personaje más complejo corren a cargo de Fonda que se despide del cine en su última pelicula por la puerta grande, como los grandes, los muy grandes.
No fue la última pelicula de Kate Hepburn, pero sí fue su último Oscar (el cuarto como actriz principal, aún no superado por ninguna actriz).
Ni sus 74 años ni su insistente temblor en la cabeza (a pesar de que todo el mundo le atribuyera parkinson ella lo negó siempre) le hicieron bajar su calidad interpretativa. En esta pelicula nos demuestra una vez más porque fue la única actriz que no sufrió, como tantas compañeras, la ausencia de trabajo durante la madurez, ni siquiera la vejez, ya que fue una (por no decir la única) actriz que tuvo una carrera más prolífera en la madurez que en la juventud.
En la primera escena ya la vemos cargada de leña, andando como si tuviese cincuenta años menos de los que en realidad tenía, sin perder nunca la energía y la sonrisa.
Me vais a perdonar, pero ya os avisé de que me pondría sensible y si antes he dicho que Henry Fonda era muy grande, Kate era la más grande de todas.
Jane Fonda y Dabney Coleman representan la generación que hay entre Norman, Ethel y el hijo de Bill, Billy.
Jane Fonda, para la que según parece, interpretar este papel de resentimiento y mala relación con su padre fue como la vida misma, lo hace mejor de lo que esperaba, sinceramente... y por suerte.
Billy, que representa a la tercera generación,
En resumen, una historia de humanidad, envejecimiento, miedos, relaciones intergeneracionales. Una historia como la vida misma.
Os dejo un video de una escena y el testimonio de que por fin he aprendido a colgar videos...